Talia Augustidis. Au-gus-ti-dis. La primera vez no me quedé con su nombre. La cité en esta newsletter hace algo más de un año al escuchar una pieza suya que me gustó mucho, Dead Ends. Pero claro, Augustidis, no es fácil aprenderse ese apellido… Lo bueno que tiene es que la segunda vez que te lo encuentras lo reconoces enseguida. Eso fue lo que me ocurrió con este artículo de Transom donde Talia explica cómo había hecho The Um.
A partir de ahí, ya no dejé de toparme con ella: en la firma de All Hear, el boletín que recibo cada mes; en la web de In The Dark, un club de escucha londinense que acabé bicheando por Instagram; en los tuits de despedida de ShortCuts cuando este programa de la BBC fue cancelado; o cada miércoles en mi feed desde que ha estrenado la segunda temporada de su pódcast UnReality.
Talia Augustidis.
Le escribí un mensaje y le propuse una entrevista. Hace demasiadas cosas chulas como para no seguir investigando cómo da forma a esas piezas tan originales y bajo qué mentalidad entiende su trabajo.
Si en el último envío te hablaba de industria y mercado, en este nos vamos al lado opuesto: al nicho y a la artesanía.
A jugar con sonidos, palabras y música.
A la libertad del experimento.
Talia, ¿cómo entraste en el mundo del audio? ¿Por qué el podcasting?
Cuando tenía unos 19 años y estudiaba inglés en la universidad, sabía que quería dedicarme a algo creativo pero no sabía a qué exactamente. Escuchaba muchos pódcast, sobre todo This American Life, y fue entonces cuando vi que en mi universidad tenían un curso sobre realización de documentales sonoros impartido por Nina Garthway. Fue fascinante e inspirador, Nina es una profesora realmente increíble. Me enseñó muchos estilos diferentes, no solo el estilo americano de hacer audio. A partir de ese momento supe que quería hacer eso.
¿Cómo te definirías? ¿Eres una productora de pódcast, una artista sonora, una storyteller, una periodista…?
¡No siempre sé la respuesta! Depende de quién pregunte y de qué día. Los artistas sonoros suelen trabajar exclusivamente con el sonido y yo trabajo mucho con las palabras, así que no me identifico con esa definición, tampoco me gusta el término de storyteller. La mejor descripción que he visto y que he adoptado, aunque es un poco larga, es “nonfiction audio artist” (“artista de audio de no ficción”).
Estoy aceptando el hecho de que también soy periodista de audio. Antes sentía que era demasiado oficial y que podía alejarme del arte, pero estoy empezando a sentirme cómoda con el hecho de que, sí, también soy periodista.
UnReality tiene un subtítulo muy amplio y un tanto ambiguo, pero a la vez muy sugerente: «La irrealidad existe allí donde chocan los hechos y la ficción». Cuando te encuentras con una historia, ¿cómo decides que encaja en la filosofía de UnReality?
Al principio el pódcast giraba de manera más concreta en torno a ese binomio y en torno a la sensación de irrealidad, algo que está separado de la vida. Los sueños, por ejemplo, no son algo necesariamente reales ni ficticios, pero sí irreales, a eso me refiero. Ahora mismo, en el pódcast cabe cualquier cosa que trate de algo un poco irreal de una forma un tanto vaga e inclusiva.
Sé que si hago una tercera temporada cada vez me alejaré un poco más de ese claim porque, en última instancia, sólo quiero hacer las cosas que quiero hacer. Pienso por ejemplo en Invisibilia, que trata sobre las fuerzas invisibles que nos rodean, ¡y eso podría ser cualquier cosa! Es un tema muy bonito porque en realidad todo gira en torno a esas fuerzas.
Con el tiempo creo que UnReality se convertirá en historias que quiero hacer y que la gente seguirá escuchando porque confían en lo que yo quiero hacer... Así que mi consejo para cualquiera que empiece un nuevo pódcast es que elija un tema mucho más amplio y difuso de lo que se plantea en un inicio porque puede que algún día decida salirse de eso y no va a querer construir un nuevo público desde cero.
En tus creaciones utilizas el sonido de forma más consciente, no como música de acompañamiento o simplemente para separar bloques, sino para crear un ritmo. En ese sentido, son piezas muy musicales, por ejemplo The Um:
¿Tienes la capacidad de imaginar sonidos en el guion o juegas en la sala de montaje?
Yo misma me encargo del montaje así que a menudo, en cuanto empiezo a editar, ya estoy pensando en los sonidos y pongo marcadores, jugando: “¿Qué tal le iría este tipo de música en este momento?”. O a veces grabo desde mi ordenador y, aunque no se me da muy bien cantar, tarareo la sensación que busco.
A medida que voy teniendo más experiencia, voy pensando intuitivamente si esto sonaría bien en ese punto o en aquel otro. Quizá no lo pruebo inmediatamente, pero construyo esos mundos sonoros a partir del guión. No es como si hiciera el primer montaje y luego empezara a pensar en el sonido.
Podríamos decir que tienes un estilo experimental y te alejas de las grandes tendencias actuales, por supuesto de los videopódcast pero incluso también del pódcast puramente narrativo. ¿Entiendes el podcasting como un medio artístico más que como una industria?
Suelo diferenciar entre audio y podcasting. Para mí lo segundo es más bien una industria construida a partir de lo primero, a partir de una forma de arte, pero, por supuesto, también puede haber arte en el podcasting.
Cuando me planteo realizar una pieza no pienso “¿cómo puedo hacer esto al estilo Talia?” sino “¿qué necesita esta pieza?”. Y a veces eso es un tratamiento más experimental y otras veces uno más convencional.
Uno de los episodios de UnReality de esta temporada es una entrevista estándar cortada con algo de música, ¡probablemente es el capítulo menos experimental que he hecho! Aunque al principio quería hacer de ello algo raro y extraño, pronto supe que el audio no funcionaría así. No voy a forzar mi estilo habitual en una pieza porque creo que ahí es donde se obtiene arte malo. Siempre trato de preguntarme cuál es la mejor versión de esta obra.
Entonces sí, diría que mi estilo es experimental, pero también fluído. Además, siempre lo hago yo, así que seguirá teniendo mi mirada y mi voz, aunque intente alejarme de ella.
¿Temes que ese estilo te empuje a un nicho?
Creo que el público de UnReality es un nicho, pero me encanta. Prefiero estar en un nicho donde las personas que escuchan realmente disfrutan de las cosas que hago. ¿Sería genial tener un público más allá de los productores de audio? Por supuesto, pero estoy bien así. Nunca he anhelado nada parecido a la “fama”, lo que he querido es ser respetada por otras personas que están haciendo lo mismo que yo y a los respeto. Y si eso es un nicho, es suficiente para mí. De momento me las estoy arreglando para hacer una carrera y para mantenerme por mí misma.
De todas formas, algo que ha demostrado el podcasting es que hay mucho poder en los nichos. Incluso en lugares como TikTok vemos comunidades en torno a aficiones limitadas, por ejemplo tejer punto, y todos esos nichos son en realidad muy grandes, son audiencias significativas.
Tu pieza Dead Ends es muy íntima y en ella cuentas una experiencia muy personal a raíz de encontrar unas cintas familiares…
¿Qué les dirías a esas personas reacias a utilizar la primera persona cuando se trata de contar una historia en audio? En mi experiencia, a los periodistas que proceden de la prensa escrita les suele costar barajar esa opción.
El miedo a ser autoindulgente es lógico, pero el buen arte no puede ser autoindulgente. Creo que si una obra es buena y esto es subjetivo, tiene que ver con lo cultural, con el gusto y con muchas otras cosas, es cierto, pero si escuchas una pieza en primera persona que es increíble, no vas a decir “¡No puedo creer que me estén contando esto!”. Solo si la calidad es mala vas a pensar “¿Por qué esta persona cree que esto que le pasa es tan importante?”.
Es algo muy difícil pero hay que superarlo y conseguir que tu prioridad sea hacer algo bueno. Está bien hablar de ti mismo. Cuando yo me siento insegura a este respecto recurro mucho a David Sedaris, él ha hecho toda una carrera a base de escribir sobre su vida y su familia. No estoy diciendo que su obra sea perfecta, tal vez ahí haya problemas éticos de otro tipo, pero él es brillante. Y sí, algunas personas pueden verlo como autoindulgente pero eso está bien. Hay que asumir que no todo el mundo va a estar de acuerdo contigo.
A principios de enero y después de 12 años, ShortCuts fue cancelado. Tú has participado en varias ocasiones en este programa de la BBC. ¿Qué significó para ti este cierre?
Ha sido absolutamente desgarrador, sin exagerar. Cuando me enteré, estuve varias semanas tocada, no podía avanzar en el trabajo, me salté algunos plazos de entrega…
Me siento muy triste por todas las piezas que no existirán y por la gente que no va a poder participar en ShortCuts, especialmente por los más principiantes, pero también por cualquier persona. Era un lugar tan especial... Mi primer pitch fue para ellos, aquella fue una pieza muy importante para mí que hice cuando era cuidadora, se titula Checking One's Levels.
Que la escogieran me dio confianza en lo profesional y me permitió conocer a mucha gente que no habría conocido de no aparecer en ShortCuts. La pieza terminó ganando un Third Coast Award y hace apenas unos días se emitió en This American Life. Nada de eso habría pasado de no ser por ShortCuts.
La cantidad de oportunidades perdidas es tan grande… Tanto para los creadores como para los oyentes. Creo que se ha tomado una decisión equivocada y que la BBC debería estar muy orgullosa de ShortCuts. Han sido 12 años pero creo que podríamos haber hecho 12 más.
Ahora mismo estás al mando de In The Dark, que se presenta como “una celebración de historias contadas a través del sonido”. Háblame de ese proyecto.
Fue una iniciativa fundada en 2010 por Nina Garthway, la que fue mi profesora en la universidad. Ella la puso en marcha porque en aquel momento la gente decía que la radio estaba muriendo o que ya no se hacían cosas interesantes. Así que quiso mostrar todas las cosas creativas que estaban pasando, tanto en el arte sonoro como en la radio, y años más tarde en el podcasting.
Se inspiró en los festivales de cine, viéndolos como espacios donde se exponen trabajos de otras culturas, otros continentes, otras épocas también. Porque ella estaba interesada en mostrar lo que estaba sucediendo en el momento, pero también en la labor de archivo.
La iniciativa fue creciendo pero en 2020, justo antes de la pandemia, decidió dejarlo. Estaba cansada y quería centrarse en sus propios proyectos. Yo me gradué en 2021, tenía ganas de hacer cosas, ya sabes, cuando tienes toda esa energía y ningún lugar donde ponerla, así que le insistí en que debía recuperarlo. Hicimos juntas el primer evento y luego me tocó seguir por mi cuenta.
Ahora funciona de manera muy similar a como empezó: elijo a gente que me inspira, les invito a que escojan un tema y a que traigan unas 10 obras breves o extractos sobre esa temática. Hemos tenido algunas cosas increíbles: personas que traen bandas y hacen actuaciones en vivo, gente que ha interactuado con el público… Cada evento es diferente.
El lunes 20 de enero, coincidiendo con el Blue Monday, hiciste un espectáculo basado en sonidos divertidos, ¿cómo fue? ¿Te gustan los eventos en directo? Porque también hay algo performativo en tus piezas…
De todos los eventos de In The Dark que yo misma he comisariado, este fue mi favorito. Fue el día de la inauguración de Trump, un lunes bastante oscuro y deprimente y la gente realmente necesitaba reírse.
Piensa que en ningún otro tema como en la comedia recibes un feedback tan inmediato: la gente se ríe o no se ríe. Era un gran riesgo pero también una gran recompensa si salía bien. Al final hice una actuación en directo en la que reuní algunas de las historias más embarazosas de mis amigos y pedí al público que me contara las suyas. Y de alguna manera funcionó increíblemente bien. Fue la primera vez que hacía algo tan vivo, improvisado e interactivo. Quiero hacer más de eso en el futuro.
¿Cómo es tu relación con la creatividad? El momento de hacer audio, pensar, escribir, tener ideas...
Antes tenía mucha ansiedad por no volver a tener una buena idea. Ahora confío un poco más en el proceso.
A nivel práctico solo produzco alrededor del 20 - 25% de mi trabajo, así que el resto son tareas o proyectos adyacentes, por ejemplo In The Dark, la newsletter de All Hear, charlas en universidades… Todas estas cosas son relevantes, pero no consisten en “hacer”. La creación requiere mucho de mí, me meto un poco en un agujero y si tuviera que hacerlo siempre por plazos y por dinero, me costaría mucho y no lo haría muy bien.
Llegará un momento en el futuro en el que, si tengo hijos o una hipoteca, necesitaré hacer más encargos de los que cojo actualmente pero, de esta manera, si hago dinero por otras vías la producción se mantiene como algo un poco más sagrado. Sé que suena dramático, pero así lo siento. Antes solía hacer más encargos y llegué a preguntarme por qué estaba haciendo lo que más me gustaba en el mundo por algo que no me importaba en absoluto. Así que prefiero mantener ese espacio de trabajo tras una puerta especial.
Otra cosa que me ayuda mucho en lo creativo es escuchar, especialmente para In The Dark. Me encanta hacer puzles mientras escucho audio. Es mi espacio favorito y trato de dedicarle tiempo. También salir a pasear. Y tengo un bloc de notas en la ducha por si se me ocurren ideas. Me sucede en la ducha, en el tren, en el avión…
Me da mucha pena que ahora puedas comprar wifi en los aviones, porque cuando estoy en la naturaleza o lejos de mi teléfono siempre tengo una buena idea y no creo que sea una coincidencia. Es desolador que los espacios sin wifi cada vez sean menos, es muy malo para la creatividad de personas que, como yo, no tenemos ningún tipo de autocontrol.
¿Nos recomiendas algo que hayas escuchado últimamente y que te haya sorprendido?
Cualquier pieza que me gusta o que es especial la incluyo en una tabla de Google Drive. Es mi posesión más preciada. Déjame abrirlo… Pues sé que es un clásico pero hace poco he descubierto The Moth y me encanta, por ejemplo Where Tomorrow Never Come, de Dylan Killian. También me gusta mucho Audio Flux, sus proyectos siempre son buenos. Y recomendaría una pieza hecha para THE ECCO, Red of Visibility, de Phoebe McKindu, que me pareció brillante.
¿Y por cuánto dices que vendes ese documento de Drive?
¡Solo lo publicaría en mi lecho de muerte!
De Zoom a la acción
Sí, continúo atrapada por el mundo de los webinars. Dame un formulario de registro y ahí estaré. El último al que he asistido se tituló The Audio Job Market in 2025 - A Reflection on Jobs, Rates, and the Evolving Skills of Audio Professionals. Karen Given, Keisha “TK” Dutes y Yowei Shaw (recuerda que la entrevisté hace unos meses) se juntaron para analizar el panorama laboral como productoras freelance que son. Intentaron dejar el pesimismo a un lado (¡bien!) y dieron algunos consejos basados en su experiencia, por ejemplo estos tres:
Amplía tus capacidades para saber hacer varias cosas y cambiar de sombrero entre un proyecto y el siguiente.
Diversifica producciones entre recurrentes y puntuales, entre pódcast para otros y pódcast propios.
Dedica tiempo a hacer comunidad y ayudar a otros (de esa forma el día de mañana seguramente también quieran ayudarte ellos a ti).
Ronda de recomendaciones
Hoy vengo con sugerencias tan variadas que he preferido partirlas.
Dos pódcast de investigación:
Escoltas: la sombra que me protegía de ETA. A finales de los 90 la amenaza terrorista obligó a reforzar la seguridad en el País Vasco, no solo de políticos, sino también de jueces, periodistas o profesionales que pudieran estar en el ojo de mira de la banda. En total se necesitaron 3.000 escoltas para cubrir durante años las espaldas de sus protegidos. ¿Pero quiénes eran? ¿Cómo se les formó para hacer frente al peligro? ¿Y qué pasó con ellos cuando llegó la paz? Israel Viana, periodista de ABC, nos propuso desarrollar un pódcast sobre el tema a raíz de escribir este reportaje. La dirección es de Manuel Garre y Juan López Córcoles. Yo he sido la productora ejecutiva.
Justo esta semana una amiga me contaba que ha tenido una cita con un chico que resultó ser un auténtico conspiranoico. Para él el COVID fue un invento, lo negaba en redondo. Cuesta creer que alguien piense así y muchas veces este tipo de encuentros se quedan como una simple anécdota y seguimos a la nuestra, pero un par de días después empecé a escuchar Alternate Realities, un pódcast de tres episodios de Zach Mack. Las ideas políticas de este reportero y las de su padre, inmerso en teorías de la conspiración, son tan opuestas que la armonía familiar se ha ido al garete: Zach siente que su padre vive en otra realidad, la madre está a punto de pedir el divorcio y la hija se siente rechazada desde que le contó a su padre que era lesbiana. “Escuchamos, pero no juzgamos” sería la categoría perfecta para este buenísimo pódcast. Nos muestra las consecuencias más cotidianas de esa polarización de la que tanto hablamos.
Dos ficciones:
Volver a vivir se presenta como un “serial sonoro” estrenado por la Cadena Ser. Como fan de Juan Cavestany que soy (me inventé un juego en Youtube a raíz de Gente en sitios), te diré que en esta historia se le reconoce por todos los lados. Cada fin de semana salen dos episodios, yo me esperaré a a escucharlos del tirón.
En The Most Important Conversations Happen in Bed (BBC) seguimos a una pareja de chicas lesbianas a lo largo del tiempo, desde sus 17 años hasta los 66, escuchando tan solo algunas de las conversaciones que tienen en la cama. Su relación se ve atravesada por la militancia queer y las presiones sociales. Me ha gustado mucho, distintas actrices dan voz a los personajes según avanza su edad y eso es clave para que notes el paso del tiempo. Está escrita por Natasha Sutton y dirigida por Rachel Austin.
Una mezcla entre investigación y recreación
En el segundo episodio de Hoy en el pódcast, con Guillermo Vila, un espacio de entrevistas con gente de la radio y el podcasting, el invitado es Alejandro Requeijo. Cuenta las ideas que impulsaron A pesar de Auschwitz, un pódcast de El Confidencial donde se recrea cómo era la vida en aquel campo de concentración. El guion está basado en textos reales y el diseño sonoro de Ana Schulz es excelente. Han contado con actores de doblaje profesionales y a mí esas voces tan pulidas me suelen crear una distancia, pero combinándolas con la visita de Requeijo al campo hacen que el conjunto funcione.
Una revista sonora:
Sí, has leído bien. Signal Hill es un “audio magazine”, también está disponible en Spotify pero lo guay es quedarte en su web y pasar las páginas para ir escuchando las piezas que forman su primer número. Todas son en inglés pero hay transcripciones. Te recomiendo Desperado, Red House, Blue House y On the Family Group Chat.
Y una película:
Si bien es cierto que en el cine se busca que el sonido pasa inadvertido, en La marsellesa de los borrachos sucede todo lo contrario. Cuenta el viaje que hicieron unos italianos por la España de los 60 buscando canciones de la resistencia. Grabaron los encuentros en unas cintas que han pasado años olvidadas y que ahora se escuchan en este documental. Vemos grabadoras, pértigas, reproductores de cintas magnéticas, vinilos y hasta la forma de onda que dibuja una voz. El sonido está siempre en primer plano. “Es la primera película que hago partiendo de una banda sonora”, dice Pablo Gil Rituerto, el director. Ha tenido un estreno limitado pero quizá todavía la pilles en algún cine.
Por cierto, nuestras plegarias han sido escuchadas y Heavyweight tiene nuevo hogar. ¡¡Aleluya!!
Nos leemos dentro de dos semanas,
Andrea
Si quieres sugerirme algún pódcast o que aborde algún tema, ¡ponte en contacto conmigo! Puedes escribirme a: puntodeescucha@substack.com
Gracias por la cita, Andrea. Y felicidades por Escoltas, un podcast de mucho riesgo en el planteamiento narrativo y que me está encantando 👏👏
Thanks so much for having me Andrea!