La última vez dejamos la historia en un punto dulce: la entrevista grabada, la emoción intacta, los .wav en la mochila. Pero ahora viene lo verdaderamente difícil…
¿Has leído la primera parte de este texto? Puedes hacerlo aquí.
La construcción de un guion tiene tantas patas que no me atrevería a resumirlas en la entrada de una newsletter, pero sí quiero centrarme en algo a lo que últimamente le estoy dando muchas vueltas cuando escribo y cuando escucho: ¿qué pinta ahí el narrador?
Supongo que va por rachas, pero ahora mismo me obsesiona la persona que me habla, en concreto qué está haciendo con sus palabras y cómo me hace sentir. Quizá es porque vengo del periodismo cultural, pero suelo recurrir a expresiones de la crítica cinematográfica para intentar entender qué es lo que me está fallando en un episodio… Por ejemplo, al igual que se dice que el guion de tal película parece hecho “con escuadra y cartabón”, yo también noto que en algunas historias sonoras se cae en una narración conducida, como si el camino ya estuviera marcado antes incluso de arrancar el coche.
Y en parte es normal. ¿Cómo, después de haber diseccionado cada paso —porque eso es lo que estás haciendo al preguntar por cada detalle, descartar algunos pasajes, incorporar otros y darle un orden al conjunto— se puede conservar algo de espontaneidad dentro del relato? ¿De qué manera conseguir que suene como si esta fuera la primera vez que te encuentras con la historia cuando en realidad hace meses que la llevas en tu cabeza? ¿Cómo mantenerla realmente viva?
Pues bien, NO LO SÉ.
En serio, no lo sé. Me gustaría tener una checklist para ir marcando las casillas y quedarme tranquila, pero no es el caso. Lo que sí tengo son intuiciones y eso es lo que quiero compartirte hoy.
¿Qué tipo de narrador eres (o necesitas ser)?
Encontrar la voz de cada historia creo que pasa por saber qué papel quieres jugar en ella y qué necesita ella de ti. No todas requieren que las llevemos de la mano ni todas agradecen que nos apartemos.
Seguro que en narratología hay grandes teóricos de la focalización que me llevarían presa si leyeran esto, pero esta es mi clasificación mental de los narradores (siempre flexible, gradual y con capacidad híbrida, por supuesto).
Mosca en la pared
Si no quieres eclipsar a los personajes, si lo que buscas es desaparecer para que el foco esté solo en ellos, este narrador (o más bien, esta ausencia de narrador) es la opción más radical. En estos pódcast la información llega directamente de los protagonistas, sin mediación aparente, aunque alguien siempre esté detrás preguntando, eligiendo, montando.
Para mí es como si Frederick Wiseman se pasara al audio y aplicara su estilo observacional: grabar y grabar e ir tejiendo el relato a través de las escenas.
✔️ Como oyentes, la conexión con los personajes es directa, puede aportar mucha espontaneidad y frescura.
❗Prescindir del narrador es renunciar a una parte del control. Si algo no se entiende o se queda fuera, no podrás intervenir para aclararlo.
Un ejemplo reciente es Nacional I: El viaje de Chillida, donde eligieron diseñar un road trip sin narrador.
Intermediario
A este tipo de narrador me lo imagino como un filtro sensible, una figura en quien confiar. Un testigo que se cuida mucho de usar la primera persona, pero que nos guía y acompaña. Algo así como: “Veo la historia, pasa por mí y te la cuento”.
✔️Una buena forma de que la estructura y los pilares siempre estén firmes.
❗Si la voz no es la más adecuada —por tono, ritmo o distancia—, puede acabar entorpeciendo o alejando.
Pienso, por ejemplo, en el narrador al que da paso Daniel Alarcón en Radio Ambulante. Es imprescindible para entender cada historia, pero no suele tener un peso específico en ella. En algunas ocasiones, incluso, quien narra no es la persona que ha reporteado.
En primera línea
Si la historia necesita que la pienses y la armes desde dentro, toca dar un paso al frente. Este narrador va descubriendo con nosotros, de manera explícita junta las piezas del puzle y les da sentido para que las comprendamos. Se implica y se convierte en personaje. La primera persona ya no se disimula, se aprovecha.
✔️Más intimidad; la historia cobra vida a través de tu mirada.
❗Si te pasas de rosca, puedes creerte una estrella y eclipsar los hechos.
Es más común en proyectos seriados donde hay que armar una continuidad entre capítulos, una trama más compleja. Pero ya que ha vuelto Heavyweight (aunque él no hable en ese primer episodio), Jonathan Goldstein también me encaja en esta figura.
Ira, ¿has creado un monstruo?
Bien, una vez sabes qué tipo de narrador eres, llega el momento de narrar.
Hace un par de semanas Ira Glass se pasaba por Talk Easy y le contaba a Sam Farragoso lo que tantas otras veces le hemos oído explicar: las bondades de exponer un hecho tras otro para crear una mínima tensión narrativa que el oyente querrá resolver sabiendo qué ocurrió a continuación. Es el clásico “Pasa esto, y luego esto, y luego esto otro”, un aprendizaje que se remonta a su etapa como estudiante de Semiótica y a sus lecturas de Barthes (S/Z y El placer del texto).
No voy a contradecir yo a este hombre (¡jamás!), pero creo que en sus charlas y entrevistas siempre explica esta primera idea y nunca pasa al turno de los matices. Yo misma he puesto en práctica este consejo (y lo sigo haciendo), pero creo que lo hemos entendido mal o, mejor dicho, nos hemos quedado en el primer peldaño. Que narrar solo consiste en enumerar pasos es simplificar mucho, aunque quizá eso sí pueda funcionar cuando se unen dos escenarios excepcionales:
Cuando entrevistados e historia (sencilla, contenida y en línea recta) son tan perfectos que solo necesitan que nosotros —narradores— seamos ruedines de su bici.
Cuando el locutor es tan carismático (y tiene 30 años de experiencia) que con una frase de cuatro palabras ya te entrega un abrazo.
¿Tú eres uno de esos? Ya, yo tampoco.
Mmm, diría que no, que narrar no es solo ordenar, aunque eso también sea parte del trabajo… Y que el oyente no se quedará del todo satisfecho si solo le retransmitimos de manera neutra y alejada una serie de pasos.
Creo que más allá de contar historias, las construimos, las filtramos, pasan por nosotros y las compartimos. También creo que elaboramos relatos y pensamiento, y que podemos conseguir que algo nuevo surja al contar una historia que ya ha sucedido tiempo atrás. Que en esa cadena de enumeraciones caben muchos otros verbos porque también las acciones parten del narrador: a veces ponemos en cuestión o describimos, interpretamos, sugerimos, dudamos, enfatizamos, deslizamos, recordamos, anticipamos, evocamos…
Eso parece mucho más ambicioso que simplemente contar que pasó una cosa, luego otra y después otra más. Creo que ese crisol de opciones (de intenciones y subtextos) es precisamente el que nos puede sacar del piloto automático a la hora de narrar. Lo que permite que sigamos una trama pero que también dibujemos a los personajes, que las escenas se amplíen (por delante y por detrás), que no lo fiemos todo a cortes iguales y que cuando entremos a la cabina de locución el guion no esté disecado.
Estación Podcast 2025
Esta semana se ha celebrado en Madrid la cuarta edición de este festival iberoamericano de creación sonora. Cuatro días para reflexionar sobre el estado del audio, hacer hueco a próximos estrenos y tender puentes entre creadores de Latinoamérica y España. Aunque siempre es difícil pausar del todo el día a día para no perderse nada, lo he disfrutado mucho.
Si el año pasado el debate sobre el vídeo y la identidad estuvo muy presente, en esta edición el tema parecía ya superado. De hecho, cuando Nacho Gallego, director de contenidos, habló de que podríamos estar en un año de “transición”, los ponentes de la mesa (eran directivos de plataformas) se refirieron al año de la “consolidación”. Cada uno ve su realidad.
La mía fue esta:
10 cosas que ocurrieron, vi o escuché
La cita que más expectativas generó fue el preestreno de la nueva temporada de (De eso no se habla). Isabel Cadenas Cañón, junto a la artista Maite Larburu, nos adelantó el primer capítulo de la serie en un directo muy cuidado y lleno de sensibilidad. ¿Qué historia cuenta Se llamaba como yo? Pues prometimos guardar el secreto, pero me atrevería a decir que será el pódcast del año en España y que espero que distribuyan también la banda sonora. El tráiler ya está disponible y el primer episodio se estrena el 1 de junio.
Más estrenos que pasaron por allí: La familia correcta, de El País Audio (en unos días), Buena pregunta, de Florencia González (en agosto), La sublime condición humana, de El Extraordinario (en septiembre).
Nico Maggi contó que una de las referencias para cambiar el punto de vista en La segunda muerte del Dios Punk la encontró en el videojuego The Last of Us. También explicó de qué manera el punk es una referencia en la serie: para la banda sonora, claro, pero también para salvaguardar cierta imperfección en la textura sonora y para el diseño de la identidad visual.
Isabel Coello enumeró los retos que tuvo que resolver para encontrar el enfoque de La Casa Grande. Uno que me llamó la atención fue el manejo de lo que ella llama “corrientes de consciencia”, cuando las mujeres entrevistadas le contaban su experiencia con un torrente de información difícil de interrumpir, pero que, al mismo tiempo, era necesario equilibrar.
Se podría pensar que el principal elemento para escribir una ficción sonora es la imaginación, pero para Carmen Pacheco y Manuel Bartual también lo es la documentación escrita y visual. Nos quedó claro cuando compartieron las referencias y el moodboard que fueron armando para diseñar el universo de Místicas.
Qué gusto escuchar a Maxi Guerra mientras rastrea la trazabilidad de palabras como ‘moca’ o mientras te cuenta lo que le pasó el día anterior en una lavandería de Madrid cuando una señora armenia y él se pusieron a hablar de comer lehmeyun. Además, en el directo de Gastropolítica nos dio vermut y nos puso a Leonard Cohen.
¿Aquello que decía Manolito Gafotas sobre que los presentadores del telediario no tienen piernas? Fue ver a Juanlu Sánchez (Un tema al día) y a Ana Fuentes (Hoy en El País) en el directo de sus respectivos dailies y pensar “¡Pero si tienen cuerpo!”.
Por primera vez se ha celebrado el Podcaston en Madrid, una iniciativa que viene del festival Estéreo y que estuvo coordinada por Jere Juárez. Durante los cuatro días del festival un grupo de jóvenes creó una ficción sonora de dos episodios que se titula La noche que cayó el ángel.
Se presentó la web de We Pod y yo ya me he dado de alta. Hay un apartado para creadores, un repositorio de artículos e investigaciones en torno al formato sonoro y también se pueden encontrar recursos para las distintas fases de producción.
¡Qué interesante el proyecto Remezcla tu ciudad! A través de residencias artísticas invitan a distintos creadores a samplear el lugar en el que viven. Son registros que luego pueden derivar en composiciones musicales y están disponibles en su web, a modo de librerías. Nos regalaron postales sonoras:
Esta es de Asunción, Paraguay
8 preguntas sin respuesta
Por aquello de buscar puntos ciegos y añadir algo de humor:
¿Por qué todavía no hay un hit iberoamericano? Luciano Banchero (Posta) y Manuela Walfenzao (Oronda) se lo preguntaron en su mesa. Y también lanzaron la pregunta que le sigue: ¿cuáles serían esas historias iberoamericanas?
¿Cómo de irónico es que los directivos de las plataformas a las que regalamos nuestro contenido —y que hace tiempo dejaron de invertir en producción— nos den consejos sobre hacer reels con buenos cliffhangers para que crezca la audiencia? ¿Solo irónico o muy irónico?
¿Alguien ha calculado cuántos pódcast de investigación se podrían financiar con la acción promocional que tenía Iberia en el edificio de al lado? ¡Pero si tenían transbordadores! Comer una palmera de chocolate frente a un diabético.
Ahora que sabemos que para Spotify una escucha es un play intencional y que solo mostrarán cifras en tramos de 50.000 escuchas por episodio, ¿cómo vamos a medir el valor de todo lo que se queda por debajo?
En general, ¿no es curioso que en un festival de creación sonora acabemos hablando más de monetización y de marketing que de narrativas y formatos? Si fuera al revés, ¿sería irresponsable no prestarle atención al dinero?
¿Hay alguna expresión para definir ese momento en que el una persona del público hace una pregunta y tú la reconoces porque habías escuchado su pódcast pero no le ponías cara?
¿Por qué unos señores de seguridad iban y venían de la sala Letras, entrando en una salita donde yo pensaba que habían detenido a un terrorista de la creación de contenidos… y resulta que simplemente había un aseo?
¿En serio nadie en Pantene va a fichar a Javier Celaya para su próximo anuncio?
Para terminar…
Vamos con unas sugerencias exprés, que esto ya está quedando largo:
Snitch City. La forma más eficaz de hablarte de este pódcast es definiéndolo como la sexta temporada que The Wire nunca tuvo. El equipo detrás de Spotlight ha investigado el abuso que se ha producido en el sistema de informantes que tiene la policía de New Bedford, Massachusetts. Hay varios testigos que dan la cara (y la voz) con lo difícil que habrá sido conseguir eso, pero también hay un par de recreaciones para cubrir identidades. Justo después de lanzar el pódcast, el policía investigado ha anunciado que se jubila de manera anticipada.
Go and Find Out. Me gusta mucho este proyecto de Jonny Wright. Cuando leí que narraba su viaje a la aventura, pensé que me encontraría con una especie de videoblog pasado al audio, con voces de aquí y allá en distintos idiomas y un montaje picadito. Nada que ver, es mucho más literario, íntimo y evocador.
Desde que Spotify se ha puesto más duro con el uso de la música comercial en los pódcast, veo programas sobre canciones por todas partes. Pura casualidad o sesgo cognitivo, quién sabe. Es interesante ver cómo resuelven el tener o no los derechos de la música sobre la que hablan: Grammofonías, Las canciones cuentan, Discos con voz, y El Sonido: Cancioneros.
Nos leemos dentro de dos domingos. Hasta la próxima,
Andrea
¿Quieres sugerirme algún pódcast o que aborde algún tema? Ponte en contacto conmigo. Puedes escribirme a: puntodeescucha@substack.com
Jajajaja...lo de Gabriel Celaya. Muy bien resumen de Estación podcast. Me viene bien que me perdi casi todo.
Sobre la entrevista a Ira Glass, yo también la escuche y, como me pasa siempre con él, encuentro ideas interesantes y reflexiones para darle vueltas al mismo tiempo que pienso: no cae bien. Me resulta curioso que no sea un tío especialmente simpático pero aún así no pueda dejar de escucharle y admirar su trabajo.