“¿Qué estabas haciendo cuando se decretó el estado de alarma?”. El pasado 14 de marzo se publicaron artículos, reportajes y algún que otro pódcast sobre esta efeméride tan redonda —al menos en España—: se cumplían cinco años desde que nos confinaron por culpa de la COVID-19.
Ya ha pasado ese aniversario, pero no olvides que hoy (y mañana y pasado y pasado mañana) sigue cumpliéndose un lustro de aquel encierro porque estuvimos en casa hasta el 21 de junio. La pregunta que yo te lanzo es otra: ¿qué estabas escuchando esos días?
A mí, los primeros sonidos que me vienen a la mente son el Facciamo finta che de Alsina, los aplausos de las 20h, claro, y mucho, mucho silencio. El anuncio de Pedro Sánchez me pilló trabajando en Málaga y, en lugar de volver a Madrid, intuí que si aquello acababa torciéndose estaría mejor en Asturias. Puse rumbo al norte y pasé el confinamiento en casa de mis padres. Buena decisión.
Me costaría mucho reconstruir semana a semana lo que hice durante aquellos largos días. Sé que trabajé a distancia, publiqué algún reportaje sobre cine y pandemia, dejé de ver las noticias, me tumbé varias tardes en el parquet para coger algún rayo de sol y seguí un montón de vídeos de gimnasia. Mi rutina saltó por los aires y los recuerdos son difusos. Pero no las voces.
La de Álex Blumberg, por ejemplo. Hacía solo tres meses que había empezado mi primer pódcast, así que decidí aprovechar esas mañanas para aprender. Encontré un curso en el que Blumberg explicaba las claves del podcasting narrativo y llené media libreta con apuntes que no he vuelto a mirar pero que seguro todavía me vendrían muy bien. Todo lo que contaba —y cómo lo contaba, con esa clarividencia tímida y tartamudeando en el escenario— se me quedó grabado.
Hace poco escuché I Was So High, una historia que produjo para This American Life, y volví a encontrar en ella todo eso que él hace tan bien y que desde fuera parece incluso fácil. La pieza arranca con un chiste de lo más bruto y termina en unos niveles de intimidad que dan de lleno en la diana.La voz de Cheryl Strayed. Recuerdo que mientras cocinaba bizcochos (a mí me dio por ahí) escuchaba Sugar Calling, un pódcast de conversaciones. Ella, escritora, llamaba a otros escritores —de ficción, de no ficción, poetas...—. Así de sencillo, así de acertado. No lo he vuelto a escuchar, pero juraría que algunas charlas eran incluso telefónicas, un tanto improvisadas y, sin embargo, confirmaban que lo que necesitábamos en ese momento era sentir cierta conexión, que al otro lado de la línea alguien nos diera algo de lucidez, que nos reconfortara, que incluso se atreviera a recitarnos un poema... ¿Por qué no? Tiempo después me enteré de que Cheryl Strayed está detrás de Tiny Beautiful Things, un libro adorado por muchos y que fue adaptado a la televisión hace un par de años. Si lo has leído sabrás de qué te hablo si te digo “Wanting to leave is enough”.
Las voces de mis compañeros. Como te decía, en la primavera de 2020 estaba empezando Nueva carpeta, mi primer pódcast. Por suerte, en la maleta había metido la grabadora y durante el confinamiento quise seguir publicando, aunque eso implicara el reto de contar algo sin salir de casa.
Se me ocurrió una serie que titulé En el cine y para la que impliqué a otros críticos. Al igual que tantos negocios, las salas también habían tenido que cerrar y para nosotros —que íbamos a estrenos y a pases de prensa varias veces por semana— de pronto podíamos hablar de una ‘última vez’, aunque fuera temporal. Una ‘última película’. Quería que me contaran cuál había sido la suya.
Recuerdo estar sentada a medianoche en una de las butacas del salón. La casa, en silencio. Solo la pantalla del móvil iluminaba el cuarto. Le di play a una nota de voz que me había mandado un compañero y en la que me contaba su aventura para llegar a aquella proyección, sus sensaciones, lo que pensó antes y después de la película, su estado de ánimo ante los primeros rumores de que aquello iba en serio… Aquello me maravilló. Quizá fuera el contexto, quizá la intimidad que había en sus reflexiones o tal vez fuera el efecto de escuchar una voz así de cerca y a pelo. Recibí los siguientes audios con alegría y mucha gratitud. Cinco años después, han pasado muchas películas pero me gusta pensar que capturamos ‘las últimas’ y las fijamos en el tiempo.
Tienes que escuchar esto
Lo primero que vi fue el tráiler con Michelle Williams de protagonista y luego me enteré de que la serie estaba basada en un pódcast. Dying for Sex se publicó, precisamente, en la primavera de 2020, aunque yo no lo he escuchado hasta ahora. Solo está disponible en la app de Wondery, pero tienen una prueba de 7 días y esto bien merece que les des tu correo y el número de la tarjeta. Hazme caso.
Dying for Sex cuenta la historia de Molly, una mujer enferma de cáncer terminal que decide dejar a su marido y embarcarse en ‘aventuras sexuales’ para reconectar con su deseo. Se pasa las noches navegando en apps de citas y planificando encuentros que le harán descubrir desde el fetichismo de pies hasta la lluvia dorada. Todo esto se lo explica a su mejor amiga Nikki, nuestra narradora, que ante estas anécdotas a veces no puede evitar juzgar, como también juzgará el oyente…
Al hablar de cáncer y de sexo, la premisa ya rompe con muchos prejuicios pero a medida que van avanzando los episodios se desvelan nuevas capas. La vitalidad que transmite la voz de Molly en los primeros episodios (las risas y la complicidad que tiene con Nikki) pasa a ser un hilo de voz débil con dificultades para respirar en el último. Hay que coger aire para escuchar el tramo final.
Más recomendaciones
Ha terminado Místicas, la ficción de Carmen Pacheco y Manuel Bartual. Yo esperé para escucharla de un tirón y ha sido un acierto porque de semana en semana quizá me hubiera perdido en el videojuego al que se enfrentan Lola y Sara. No me refiero al de David Durán, que también, sino al que ellas van teniendo que resolver en el día a día de su investigación. En cuanto a la propuesta sonora, hay recursos muy interesantes, como los cambios de punto de vista a través del sonido o la forma de concluir los finales de escena en función de lo que buscan los creadores: desvaneciendo voces si es una transición más suave o por corte directo cuando se incrementa la tensión.
Sabemos que hay muchos pódcast que se graban con público en directo, pero habrás notado que suelen ser conversacionales. Los narrativos lo tienen un poco más difícil, ya que el montaje y el diseño sonoro son dos elementos importantes del formato que tienen una adaptación más complicada a la realización en vivo. Aun así se hacen y se hacen bien, pero diría que son episodios que nacen para la versión grabada y que luego se extrapolan al directo.
Lo de Alex Goldman en On Air Fest es otra cosa porque esta historia de Hyperfixed cobra sentido gracias al directo. Además, el proceso de producción pasa a formar parte del relato y los tiempos tan ajustados que manejaba el equipo añaden su dosis de presión. De nuevo, parecería que esta historia va sobre una cosa (querer ser músico) pero trata de otra mucho más trascendental (cómo restaurar aquello que una no se atrevió a hacer en su momento). Incluye casetes perdidos en un sótano, una canción que nadie ha escuchado y una madre cuyo hijo quiere que ella tenga una segunda oportunidad. Sí, es un heavyweight de libro.
El otro día me di cuenta de que si pienso en las personas a las que escucho, la media de edad no supera los 50 años. ¿Dónde están las voces maduras? ¿Será que yo no las busco lo suficiente o que realmente no estamos produciendo con y para ellas?
Me lo pregunté al toparme con Section 28: Right to be Gay, un documental sonoro de la BBC narrado por Michael Cashman, actor británico y activista por los derechos LGTBI que tiene 74 años. En el pódcast rememora la movilización contra la Sección 28, una ley que prohibía la “promoción” de la homosexualidad y que entró en vigor en Reino Unido en 1988.
También pensé en este tema al leer este artículo sobre Noventa y contando, un pódcast argentino hecho por nonagenarios. La única pena es que para caber en el plano (también es videpódcast) los invitados se sientan en el mismo sofá y ponen un único micro en la mesa. Es como si estuvieran hablando a un par de kilómetros, pero el proyecto pinta muy interesante.
Siguiendo con este asunto, te dejo la entrevista a Henar León en Su atención, por favor. Ella es la Jefa de Innovación y Subvenciones en PRISA Audio. Cuando Roger Casas-Alatriste la conduce hacia el debate en torno al vídeo y al audio, Henar responde:
“Hay una necesidad por parte del sector de definir si es solo audio, si es audio first, si el videopócast es un producto audiovisual o no… Entiendo esa necesidad, pero yo creo que desde el punto de vista del usuario no es relevante. Ellos saben cuándo es un pódcast y cuándo es un programa de televisión (...). Hay que mirar otros perfiles de uso (...) El debate no nos lleva a nada, deberíamos esforzarnos mucho más en toda esa población que todavía no ha descubierto los pódcast, llegar a ellos. Me preocupa muchísimo más el tema de la accesibilidad a los contenidos que la reflexión en torno al formato”.
Y a continuación menciona a los adultos mayores y a la infancia como sectores a los que todavía no estamos atendiendo… ✓ Para tomar nota.
Por último, te dejo un recurso para descubrir más documentales y piezas sonoras en español. SONODOC se define como un Foro de Documental Sonoro en Español y en la web tienen una docuteca. Bien puede ser que no esté del todo actualizada, pero sirve precisamente para salir de la rueda de los estrenos e indagar en lo ya publicado.
Para terminar, un monólogo de comedia
Rose Matafeo quizá te suene por Starstruck, una serie que podríamos definir como Notting Hill pero al revés y en clave milenial: una chica corriente con trabajo precario se enamora de un actor de cine famoso. A finales de 2024 Matafeo hizo un especial de comedia que yo descubrí la semana pasada y no quiero que tú pases ni un día más sin conocerla. Se titula On And On And On y está en Max. Entre muchas otras cosas habla de su obsesión por los finales y de nuestra querencia por romantizar la vida cotidiana. Se ríe de ti, de mí y de sí misma. La mejor receta posible.
Hasta la próxima,
Andrea
Si quieres sugerirme algún pódcast o que aborde algún tema, ¡ponte en contacto conmigo! Puedes escribirme a: puntodeescucha@substack.com
Muchas cosas a comentar aquí, Andrea. Yo recuerdo lo que escuché en aquellos meses porque lo apuntó todo pero sin mirar los apuntes sé que escuchaba The Daily compulsivamente, cada día. Por las noches como no podía dormir escuchaba las narraciones susurraba de Go sleepy. Escuché también Sugar carlling, esas entrevistas por teléfono con escritores mayores. ¿Ves como si escuchas voces mayores? A mi aquella tranquilidad de la gente que lo ha pasado todo me calmó muchísimo.
Sobre podcasts de gente mayores, seguro que has escuchado Wiser than me con Julia Louis Dreyfus. Hay otro que creo que ya no se hace que se llama 70 over 70 con entrevistas a mayores de esa edad al que también me enganché durante un tiempo. Y narrativo con mujeres de más de 60 y una historia increíble es The girlfriends. Estoy pensando que incluso el que acabo de terminar de la CBC, el true crime Sea of líes, todos los que hablan (menos el host) son mayores de 50.
No me alaego más pero por si no lo sabes Cheryl es también la autora del libro Salvaje que luego se hizo película. Cuenta su aventura al decicidirse a hacer una ruta andando entre México y Washington paralelo a la Costa Oeste. Una especie de peregrinaje de vida.
Una buena amiga hizo un podcast diario durante la pandemia en la que entrevistaba a otros amigos podcasters. Le contaban lo que estaban haciendo, las series que estaban viendo y una receta. Eran ideas para pasar el encierro. Se llamaba ‘Carmenia en casa’.
Y de personas mayores te recomiendo ‘Velles’ de À Punt, aunque es en valenciano, que no sé si lo entiendes. Son dos mujeres y un hombre hablando de temas varios con su experiencia vital como punto de partida, cómo eran las cosas antes, cómo son ahora. Es muy ameno.